Las cubiertas son una de las zonas más sensibles de la envolvente de los edificios porque están muy expuestas a agentes externos como la meteorología o el propio paso del tiempo. Esto implica que sea frecuente encontrar cubiertas con filtraciones, humedades o problemas térmicos derivados de un mal aislamiento. Para solucionarlos se suele recurrir a dos actuaciones muy comunes: la rehabilitación térmica y la impermeabilización. Te contamos más a continuación.
Opciones para aislar e impermeabilizar cubiertas
Una cubierta deficiente puede causar problemas como disconfort térmico y pérdidas energéticas si tiene carencias de aislamiento, y filtraciones, goteras y humedades si le falta impermeabilización, que pueden derivar en problemas estructurales en caso de agravarse. Es por eso que es esencial acometer estas obras cuanto antes en caso de detectar estos problemas, o incluso de forma preventiva.
Para aislar una cubierta se pueden usar distintos materiales (la lana mineral o el poliestireno expandido son algunos de los más conocidos) y distintos procedimientos. Se puede colocar el aislamiento por el exterior o por el interior empleando sistemas como la colocación de planchas aislantes, el insuflado o inyectado, el proyectado… En casos de edificios y naves de tipo industrial o agropecuario suele recurrirse mucho a la instalación de cubiertas con paneles sándwich, un sistema que utiliza planchas prefabricadas formadas por un núcleo aislante y unas láminas metálicas que lo recubren.
En el caso de la impermeabilización también existen muchas opciones. Las láminas bituminosas (como las telas asfálticas) o de PVC son una solución bastante habitual, aunque también existen las impermeabilizaciones en formato líquido, con productos que forman una membrana continua y sin juntas cuando se secan.
Beneficios de aislar e impermeabilizar tu cubierta
Mayor confort térmico
Las cubiertas mal aisladas impiden conseguir una temperatura estable dentro del edificio y provocan grandes oscilaciones térmicas (o demasiado frío o demasiado calor). Colocando el aislamiento térmico correcto podemos romper los puentes térmicos existentes en esa zona y lograr una temperatura más confortable durante todo el año.
Mayor eficiencia energética
Se estima que el 30% de la energía que consumen los edificios en calefacción o refrigeración se pierde a través de las cubiertas. Un correcto aislamiento reduce notablemente ese porcentaje consiguiendo construcciones mucho más eficientes energéticamente.
Desaparición de humedades, filtraciones y goteras
Con una correcta impermeabilización se puede acabar con muchos de los problemas que la acción del agua provoca en las construcciones, sobre todo en el caso de las filtraciones. Además, el aislamiento térmico también ayuda a evitar las humedades por condensación.
Aumento del valor del edificio
Una cubierta cuidada, impermeabilizada y aislada otorga un mayor valor económico a la construcción y alarga su vida útil. También ayuda a mejorar la habitabilidad del edificio y es un valor añadido en caso de querer vender el inmueble.
Ahorro a medio y largo plazo
Los problemas derivados de la falta de impermeabilización pueden agravarse si no se actúa a tiempo, haciendo que las reparaciones se encarezcan y sean más difíciles cuanto más tarde se hagan. Además, el aislamiento ayuda a disminuir el consumo y el gasto en las facturas de luz y gas.
Si estás pensando en mejorar el aislamiento o impermeabilizar tu cubierta, no dudes en contactar con nuestro equipo. Te ofreceremos la opción más adecuada para tu caso, tanto si es una cubierta de vivienda, de edificio o de nave industrial. ¡Consúltanos!
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